JUSTICIA LA HAN PUESTO COMO TRAPO DE INMUNDICIA..
Anibal Aguilar
correo aguilar.anibal@yahoo.com


RVR1960 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. BIBLIA ISAIAS 64.6.
La población boliviana está horrorizada, debido a los audios que revelan que un joven profesional inocente haya sido condenado a 20 años, "porque había que encontrar algún culpable", se urdió que el Joven médico era el supuesto culpable.
Más allá de los hechos de novela mexicana, con sus capítulos y tramas, que reflejan el estado de algunos servidores de Justicia, que han olvidado que el derecho se ha formulado como norma para servir a la Justicia.
Nos remite a la lógica del poder absurdo por el poder, que oprime al más débil, y que no vela por el bien común, generando un estado de anomia crónica (Durkheim) y un susto en la población ante un poder judicial y sus instrumentos, como garrote ciego, dueño de vidas y destructor de futuro.
Mi padre el Dr Anibal Aguilar Peñarrieta abogado, docente, defensor de causas nobles, decía que lamentablemente algunos juristas se habían vuelvo meros artesanos del derecho, la norma muerta, sin entender el carácter social y las implicancias del ejercicio del poder a través de aplicación de las leyes.
Requerimos urgentemente una revolución de verdad en la Justicia, que no solo sea el maquillaje de reforma, que mantiene la lógica colonial, que sirve al poderoso, aún se presta al acomodo de las piezas (leases vidas) para el juego de los micro poderes. Que podría ser usado por poderes extranjeros en el marco del LAW FARE o Guerra legal.
El tema no es banal, para buscar explicaciones de novela, es un tema que hace a la seguridad jurídica del Estado Plurinacional y de los ciudadanos en la garantía de sus derechos y el cumplimiento de los deberes de servidores públicos elegidos para ejercer en el marco de la Constitución y las leyes por para el bienestar colectivo de los ciudadanos, sin distinción alguna.
Por ello ante la falta de racionalidad y lógica en el ejercicio del derecho, y ante la ausencia de justicia humana, nos remitimos a la Biblia para tratar de explicar aquello que fue diseñado para corregir con justicia a los hombres, por causa de su naturaleza caída fruto de la anomia (pecado) es decir error al blanco.
En el verso de Isaías que citamos, se refiere a cuando la justicia ha sido puesta como "trapo de inmundicia", recordemos que este termino se refiere a la tela que se usaba para los periodos menstruales, la preciosa sangre formada estaba dispuesta para dar fruto del vientre, al vertirse sin fruto era sustentada por un trapo. Podríamos ver el estado actual de muchos ámbitos de la justicia, como creados para el bien común, para dar fruto en favor del humilde y del desvalido y sin acepción equilibrar las situaciones y juzgar rectamente. Pero al no cumplir con su propósito de bien común, termina estérilmente usada como si fuera un trapo estéril y lleno de sangre inocente y sin fruto.
Requerimos acudir a los mandamientos de Dios como la base del derecho consuetudinario o natural, para encontrar aquella justicia que no es torcida, que es eterna, que no cambia no se acomoda:
Los Diez Mandamientos
(Dt. 5.1-21)
20 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:

2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
8 Acuérdate del día de reposo[a] para santificarlo.
9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
10 mas el séptimo día es reposo[b] para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo[c] y lo santificó.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No hurtarás.
16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Por otro lado, podríamos citar a Grocio iusnaturalista, a Bodin o Althusius, o a Dr Edgar Oblitas en su defensa de la patria, al Dr. Aguilar peñarrieta en su texto introducción al derecho, recordar a Pantaleón Dalence padre de la abogacía boliviana, recordar al patriota Ladislao Cabrera, pero en fin el fondo de todo es: la justicia hoy ha sido tratada como un trapo vil, aunque su esencia no es esa, el derecha sido torcido, por lo cual muchas familias claman delante de Dios para que escuche el clamor de muchas familias que son victimas de la injusticia.
Hoy la mayoría de los bolivianos están siendo presionados para las mayorías se sometan a minúsculos grupos y colectivos Lgtbs, para imponer leyes de identidad género, leyes como la 311 de Revilla que pinta las aceras multicolores y crea derechos preferentes para un grupo minusculo apoyado por el imperio. Proyectos de Leyes, presentados por extraños operadores, para reducir el peso de las Iglesias Cristianas y elevar a derechos preferentes a babalawos, santeros y cuanta parafernalia demoníaca se levanta, se intenta imponer el aborto, adopción de niños por parejas del mismo sexo, mientras se amenaza delirantemente a los padres con quitar la patria potestad.
Absortos observamos que el abogado chileno Andrés Jana contra Bolivia en la Haya y el estafador boliviano juzgado y que admitió su culpa en el caso sonado del yerno de Pinochet, se llevaron la friolera de 42 Millones Us$, mientras los enfermos de cáncer, claman por atención que no llega. Si la Justicia no es correctamente ejercida, entonces asusta pensar como se negociará en el tema Post Haya, en los casos de Glencore (1500 millones Us$).
Más que cumbres, eventos cupulares, actos de meas culpas, o de yo no fui...fue tete como en el caso del Código Penal, se requiere una verdadera política de Estado que sirva a la sociedad en su conjunto, una revolución de la justicia, que empiece en las universidades construyendo el perfil del abogado, del jurista, del gestor y administrador de justicia que honre a Dios, la Patria y la digna labor del abogado.
Como decía mi padre en su libro introducción del derecho, que no se mero artesano del derecho, que entienda que el derecho es una ciencia social, que es fruto de la correlación de fuerzas.
Por ello como no espero mucho del hombre, levantó los ojos al cielo y clamó a Dios nuestro Señor Jesucristo que es nuestra Justicia, que dió su vida por nosotros, derramó una preciosa sangre para que aquel que cree en El no muera sino tenga vida eterna. Estando condenados, el derramó su sangre para lavarnos y limpiarnos, anulando las actas y decretos que pesaban contra nosotros.
Pienso si el hombre no actúa con justicia, juicio viene de parte del Señor, es tiempo de arrepentirse.
Cito del diccionario bíblico:
“Justicia”
La palabra justicia evoca en primer lugar un orden jurídico: el juez dicta justicia haciendo respetar la costumbre o la ley. La noción moral es más amplia: la justicia da a cada uno lo que le es debido, aun cuando esto debido no esté fijado por la costumbre o por la ley; en derecho natural, la obligación de justicia se reduce en definitiva a una igualdad que es realizada por el cambio o la distribución. En sentido religioso, es decir, cuando se trata de las relaciones del hombre con Dios, el vocabulario de la justicia no tiene en nuestras lenguas sino aplicaciones limitadas. Es corriente, desde luego, evocar el nombre de Dios como justo juez y llamar juicio a la última confrontación del hombre con Dios. Pero este empleo religioso de las palabras de justicia parece singularmente restringido en comparación con el lenguaje de la Biblia. La palabra. aunque próxima a otros diferentes términos (rectitud, santidad, probidad, perfección, etc.), se halla en el centro de un grupo de vocablos bien delimitado, que en nuestra lengua se traduce regularmente por justo, justicia, justificar, justificación (hebr. sdq: gr. dikaios).

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